El Trastorno por Atracón (TA) es uno de los trastornos alimentarios más comunes, caracterizado por episodios recurrentes de ingesta compulsiva de grandes cantidades de alimentos acompañados de una sensación de pérdida de control. Este trastorno puede afectar profundamente la salud física y emocional de quienes lo padecen, generando sentimientos de culpa, vergüenza y aislamiento.
A continuación, se exploran las características del trastorno, sus causas, impacto y opciones de tratamiento, con el objetivo de ofrecer una comprensión más profunda y alentadora para quienes enfrentan esta condición.
¿Qué es el Trastorno por Atracón?
El Trastorno por Atracón, reconocido por primera vez como diagnóstico oficial en el DSM-5 (Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales), se define por:
- Episodios recurrentes de atracones que involucran:
- Comer una cantidad de alimentos significativamente mayor a la que la mayoría de las personas consumiría en un periodo similar y bajo circunstancias similares.
- Sensación de pérdida de control durante el episodio (incapacidad de detenerse o de regular la cantidad ingerida).
- Episodios acompañados de al menos tres de las siguientes características:
- Comer más rápido de lo normal.
- Comer hasta sentirse incómodamente lleno.
- Comer grandes cantidades de alimentos sin tener hambre física.
- Comer solo debido a la vergüenza de la cantidad consumida.
- Sentirse disgustado consigo mismo, deprimido o muy culpable después del episodio.
- Malestar significativo relacionado con los atracones.
- Frecuencia y duración: Los atracones deben ocurrir al menos una vez a la semana durante tres meses.
A diferencia de otros trastornos alimentarios, como la bulimia nerviosa, el TA no implica conductas compensatorias regulares (como vómitos, uso de laxantes o ejercicio excesivo).
Causas y factores de riesgo
El TA es el resultado de una interacción compleja de factores biológicos, psicológicos y sociales:
- Factores biológicos:
- Desequilibrios en neurotransmisores como la serotonina y la dopamina, que están relacionados con el control del apetito y la recompensa.
- Predisposición genética: Las personas con antecedentes familiares de trastornos alimentarios o de obesidad tienen mayor riesgo.
- Factores psicológicos:
- Baja autoestima y autocrítica severa.
- Dificultades para manejar emociones negativas, como ansiedad, tristeza o estrés.
- Perfeccionismo, combinado con una sensación de incapacidad para cumplir con estándares autoimpuestos.
- Factores sociales y ambientales:
- Estigmatización del peso o presión cultural por alcanzar estándares irreales de belleza.
- Historia de abuso emocional, físico o sexual.
- Acceso fácil y constante a alimentos hipercalóricos y altamente palatables.
- Dieta restrictiva: Los intentos repetidos de perder peso mediante dietas restrictivas pueden desencadenar ciclos de atracón al generar hambre extrema y ansiedad por los alimentos.
Impacto del Trastorno por Atracón
El TA puede tener consecuencias graves en diversas áreas de la vida:
- Salud física:
- Obesidad: Aunque no todas las personas con TA tienen sobrepeso, este trastorno aumenta significativamente el riesgo de obesidad.
- Complicaciones asociadas, como diabetes tipo 2, hipertensión, enfermedades cardiovasculares y trastornos digestivos.
- Salud mental:
- Alta comorbilidad con trastornos de ansiedad, depresión y trastorno de estrés postraumático (TEPT).
- Baja autoestima, sentimientos de culpa y vergüenza que perpetúan el ciclo del atracón.
- Vida social:
- Aislamiento debido a la vergüenza relacionada con los atracones y la percepción del cuerpo.
- Dificultades en las relaciones personales, especialmente si el trastorno no es comprendido por el entorno cercano.
- Funcionamiento diario:
- Deterioro en el rendimiento laboral o académico debido a la preocupación constante por los atracones y el malestar emocional asociado.
Diagnóstico
El diagnóstico del TA debe ser realizado por un profesional de la salud mental. Es fundamental descartar otros trastornos alimentarios, como la bulimia nerviosa o el síndrome de alimentación nocturna, y evaluar la presencia de comorbilidades.
La evaluación suele incluir entrevistas clínicas, cuestionarios específicos y, en algunos casos, pruebas médicas para identificar posibles complicaciones físicas relacionadas con el trastorno.
Tratamiento
El TA es tratable, y muchas personas logran una recuperación significativa mediante intervenciones adecuadas. Las principales opciones de tratamiento incluyen:
- Terapia psicológica:
- Terapia Cognitivo-Conductual (TCC):
- Ayuda a identificar y cambiar patrones de pensamiento y comportamiento relacionados con los atracones.
- Enseña estrategias para manejar emociones y evitar el uso de la comida como mecanismo de afrontamiento.
- Terapia basada en la aceptación y el compromiso (ACT):
- Fomenta la aceptación de pensamientos y emociones difíciles sin recurrir a los atracones como respuesta.
- Terapia interpersonal:
- Se enfoca en mejorar las relaciones y resolver conflictos interpersonales que puedan contribuir al trastorno.
- Terapia Cognitivo-Conductual (TCC):
- Intervenciones médicas:
- En algunos casos, los médicos pueden recetar medicamentos para controlar los impulsos de atracón, como los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) o fármacos aprobados específicamente para el TA, como la lisdexanfetamina.
- Grupos de apoyo:
- Los grupos de apoyo, tanto presenciales como online, ofrecen un espacio seguro para compartir experiencias y estrategias de afrontamiento con otras personas que enfrentan el mismo trastorno.
- Nutrición y estilo de vida:
- Trabajar con un nutricionista especializado para desarrollar una relación saludable con la comida.
- Establecer patrones de alimentación regulares que reduzcan el hambre extrema y prevengan los atracones.
Estrategias de afrontamiento
Además del tratamiento profesional, quienes padecen TA pueden beneficiarse de las siguientes estrategias:
- Identificación de desencadenantes: Llevar un diario para reconocer patrones y situaciones que conducen a los atracones.
- Mindfulness y técnicas de relajación: Ayudan a reducir la impulsividad y mejorar la conexión mente-cuerpo.
- Autocompasión: Trabajar en reducir la autocrítica y fomentar una actitud más amable hacia uno mismo.
- Red de apoyo: Hablar con amigos, familiares o un psicólogo para aliviar el aislamiento emocional.
Conclusión
El Trastorno por Atracón es una condición compleja que afecta no solo la relación con la comida, sino también el bienestar emocional y físico. Sin embargo, es tratable con un enfoque integral que combine terapia psicológica, educación nutricional y apoyo emocional. La clave para la recuperación radica en buscar ayuda profesional y cultivar la autocompasión, recordando que este trastorno no define a quien lo padece. Con el tratamiento adecuado, las personas pueden construir una relación más saludable con la comida y con ellas mismas, recuperando así el control sobre sus vidas.
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