Es frecuente tener miedo al abandono, sobre todo cuando se ha experimentado este hecho en edades muy tempranas.
El abandono no hace referencia solo a crecer con la ausencia de un progenitor, también alude al abandono emocional (padres ausentes que no nutrieron afectivamente ni conformaron las bases sólidas de un apego seguro).
Esta experiencia temprana de abandono deja una profunda huella en la persona que lo ha padecido, esto es, esa impronta continuada de fracasos afectivos poco a poco lleva a que las personas afectadas desarrollen sensación de vergüenza, indefensión y angustia por haber experienciado un sentimiento de pérdida crónica, y también puede llegar a boicotear las relaciones posteriores. Asimismo, ese abandono continuado genera creencias personales distorsionadas, tales como “nunca seré amado, la soledad es mi único refugio, nadie es digno de confianza”…
Conviene igualmente aclarar que sentir cierto miedo a ser abandonados en algún momento por parte de las personas que amamos es natural. Lo que es patológico es la ansiedad desmesurada, fruto de pensamientos obsesivos ligados a la idea permanente de que vamos a ser abandonados continuamente.
Diversas manifestaciones del miedo al abandono:
- Alta necesidad de complaciencia. Las personas con miedo al abandono harían cualquier cosa con tal de que los demás las acepten y se queden con ellas. Incluso harían cosas que no les gustan, con tal de no alejar al otro.
- Autoestima baja e inestable. Las personas con miedo al abandono tienen una valoración negativa y sesgada de si mismas, creen que no son lo suficientemente buenas o capaces y son incapaces de reconocer sus fortalezas.
- Elevada sensibilidad a las críticas. Se sienten muy afligidas cuando alguien critica algo de ellas, lo que hace que sus inseguridades se incrementen.
- Dificultad para establecer compromisos con los demás. La falta de confianza en los demás, aunado al temor a salir heridos, hace más probable que desarrollen miedo al compromiso.
- Dificultad para confiar en los demás y establecer relaciones. Muchas personas con miedo al abandono evitan establecer vínculos estrechos con los demás, pues temen salir heridos en caso de que el otro se marche o se distancie. Solo estrechan lazos cuando están completamente seguros de que la otra persona es totalmente confiable.
- Sentimientos de culpabilidad cuando las cosas no funcionan. Estas personas asumen que son los culpables de todos los conflictos y problemas cuando perciben que sus relaciones no van bien.
- Relaciones “tóxicas”. Estas personas suelen involucrarse en relaciones de dependencia. Desarrollan una fuerte dependencia de su pareja, lo que hace que se empleen comportamientos tóxicos para mantenerla a su lado. Por ejemplo, control excesivo, celos patológicos, chantaje emocional y fuerte necesidad de complacer.
- Manipulación emocional. El miedo al abandono lleva a desarrollar comportamientos de chantaje afectivo con el fin de retener a la otra persona a su lado (p.ej.: “si me dejas no podré seguir adelante, no sé qué será de mi…”).
- Apego con suma facilidad y rapidez. Se establecen vínculos estrechos con los demás demasiado rápido, porque es tanto el temor a la soledad que requieren de la compañía de otra persona para sentirse plenos y seguros.
- Ansiedad cuando no se recibe una respuesta inmediata de las personas amadas. Como las personas con miedo al abandono suelen percibir que sus necesidades emocionales no están siendo satisfechas, se sienten despreciadas por los demás y desconectadas de su entorno, a pesar de que estos sentimientos no se corresponden con la realidad y no hay motivos para que se sientan así. Es decir, debido a las carencias emocionales que arrastran desde la infancia interpretan las situaciones de forma sesgada y en su contra. Por ejemplo, tras enviar un mensaje o realizar una llamada y no recibir una contestación inmediata, suelen pensar: “y si está enfadado conmigo, y si ya no me quiere, ya no se preocupan por mí”…
- Problemas relacionados con el sueño. La ansiedad experimentada suele repercutir negativamente en el sueño e incluso puede haber pesadillas en la que otras personas les abandonan.
- Déficit de asertividad.
Algunas causas del miedo al abandono:
- Trastorno de ansiedad por separación: se produce cuando el niño no supera la ansiedad por separación de los padres o cuidadores principales propia de etapas anteriores.
- Experiencia traumática por abandono: el miedo al abandono aparece sobre todo en personas que han experimentado la muerte de alguno de sus padres. Esto es, el trauma tiene lugar cuando el niño experimenta la pérdida o ausencia de un padre o cuidador, bien sea por el fallecimiento, el abandono, el maltrato o la negligencia.
- Trastorno límite de personalidad: las personas que padecen este trastorno suelen experimentar un miedo intenso al abandono, lo que las lleva a entablar relaciones tóxicas y comportamientos impulsivos.
- Trastorno de personalidad por evitación: las personas que sufren este trastorno experimentan miedo al abandono y suelen sentirse inhibidas o inadecuadas.
Algunas recomendaciones para superar el miedo al abandono:
Experimentar de forma traumática uno o más abandonos nos hace pensar que no somos valiosos, lo que genera una autoestima baja. Y junto al temor de que el abandono vuelva a repetirse aparece también la ansiedad y el no saber cómo manejar las relaciones interpersonales. Al final, terminamos creando dinámicas tóxicas donde necesitamos en exceso a la otra persona, perdiendo la autenticidad en nuestro afán por ser amados y validados en nuestras carencias. Pero el amor que se basa de forma obsesiva en la necesidad vive del sufrimiento…
Salir de esta prisión habitada solo por necesidades, vacíos y heridas emocionales abiertas es posible:
- Comprende el fundamento del miedo al abandono: este miedo es un temor primario. Como especie, nada es tan importante para el ser humano y su desarrollo que sentir desde una edad muy temprana que cuenta con unas personas de referencia en las que apoyarse. Progenitores o figuras que confieren afecto seguro, sensación de seguridad y confianza. Si falta esto ya desde el nacimiento y la primera infancia, la persona siente un vacío abismal y es entonces cuando es más vulnerable a la hora desarrollar excesivo miedo al abandono y trastornos como la depresión.
- Reconocer el miedo como algo Acepta ese miedo como algo natural, innato en el ser humano, pero que en algunos casos se ve intensificado por una/s experiencia/s pasada/s adversa/s. Pero que el miedo sea algo innato, no significa que no se deba aprender a manejarlo cuando es excesivo e interfiere en el día a día, todo lo contrario.
- Identifica los orígenes de tu miedo: haz introspección y analiza cómo han sido tus experiencias de la infancia y tu relación con las personas significativas de tu pasado: ¿Te sentiste querido y importante para ellos? ¿Siempre tuviste miedo a que te abandonaran? ¿A partir de cuándo empezaste a sentirte así? ¿Hubo algún evento en particular que lo desatara?
- Practica el autocuidado: el autocuidado es una práctica imprescindible para empezar a valorarnos y querernos a nosotros mismos. Garantiza el bienestar general e incrementa la productividad. Los siguientes hábitos se consideran básicos en al autocuidado: cuidar la alimentación, practicar ejercicio físico regular, incluir tiempos de ocio en la rutina diaria, practicar yoga, meditación y otras actividades relajantes, etc.
- Fortalece tu autoestima: para superar el miedo al abandono debemos ser completamente responsables de nosotros mismos y de nuestros vacíos emocionales. Nadie tiene que salvarnos, nuestras parejas no están obligadas a ser responsables de nosotros ni a ser nuestros únicos suministradores emocionales. El amor que de verdad puede sanarnos es el amor propio y el amor incondicional por nosotros mismos. Cuando te convences de lo valioso que eres y de lo fuerte que puedes llegar a ser sin necesidad de depender de nadie, junto con que eres capaz de darte el amor que mereces, algo empieza a cambiar…
- Trabaja la autosuficiencia emocional: fomenta el autoconocimiento, aprende a observarte e identificar tus necesidades (y satisfacerlas).
- Vigila tu diálogo interno: deja de infravalorarte y no permitas espacio a los pensamientos de que vas a ser nuevamente abandonado. Impide la desconfianza en tu pareja (los pensamientos de que no te quiere, de que si hace algo es porque ya no le interesas…).
- Acude a terapia: la marca del abandono, ya sea física o emocional, suele dejar una impronta profunda y persistente. Si percibes que ese miedo a ser constantemente dejado es algo recurrente y el origen de que no logres relaciones sólidas y satisfactorias, es el momento de solicitar ayuda profesional. La relación terapéutica con tu psicólogx es fundamental para empezar a superar el miedo al abandono.
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