El dolor crónico puede terminar por provocar depresión en algunos casos (además de una bajada significativa en la autoestima). Esto es porque convivir con un dolor y malestar crónico es duro en muchos aspectos. Convierte las actividades de la vida cotidiana en más difíciles y ello puede contribuir con el tiempo a experimentar un trastorno depresivo y/o ansioso.

El dolor se considera crónico cuando es de larga duración (más de 3-6 meses), es decir, suele perdurar en el tiempo aunque las causas que lo provoquen ya hayan desaparecido. Además, es causado por una patología crónica o difícil de curar.

Normalmente, el dolor crónico está asociado a enfermedades crónicas, tales como la diabetes, la artritis, la migraña, la fibromialgia o el cáncer. Asimismo, el dolor crónico puede estar causado por un traumatismo o una cirugía mal curada (infecciones, por ejemplo).

El dolor crónico no suele mejorar sólo con los tratamientos médicos convencionales, por ello, suele ser necesario un tratamiento multidisciplinar (farmacológico, psicológico, terapias corporales como la fisioterapia…).

La relación entre la depresión y el dolor crónico es bidireccional, es decir, la depresión puede causar dolor crónico y, a su vez, también puede ser causada por el dolor crónico. Y es uno de los factores de riesgo para la cronificación del dolor, puesto que un estado de ánimo deprimido puede favorecer el dolor en el tiempo.

El dolor crónico suele llevar a una reducción de las actividades cotidianas. Esto es, en numerosas ocasiones, las personas con dolor crónico dejan de realizar ejercicio físico, disminuyen sus obligaciones, abandonan el trabajo, dejan de socializar, etc. Todo ello provoca una disminución de los reforzamientos y favorece el aislamiento social y el sentimiento de desesperanza, indefensión, impotencia y anticipación negativa futura, lo que facilita un estado de ánimo depresivo. Y así se genera un círculo vicioso, cada vez mayor (a mayor inactividad, mayor sintomatología depresiva y mayor percepción del dolor que favorece otra bajada en el estado de ánimo y empeora el dolor…).

En resumen, es muy frecuente que una persona con dolor crónico tenga también un episodio depresivo y, así, los síntomas se confunden y entremezclan, como la fatiga y el cansancio, las dificultades en el sueño, etc.

Algunos consejos para aprender a vivir mejor con dolor crónico:

  • Observa qué conductas o actividades has dejado de hacer:

Distingue entre cuáles has dejado por miedo o temor a que provoquen dolor y cuáles no haces porque sientes dolor “de verdad”. Intenta retomarlas poco a poco, ya que aislarse y dejar de hacer cosas solo promueve y favorece el estado de ánimo bajo y el dolor. Te propongo que valores de 0 a 10 cuánto dolor real experimentas en cada actividad. Si el dolor que percibes es inferior a 4 y tras la actividad dicho dolor no empeora, esa actividad sí se puede retomar.

  • Utiliza técnicas de distracción del dolor y de los pensamientos fatalistas:

La atención selectiva a la percepción del dolor empeora el dolor, lo magnifica. Para ello, puedes meditar, empezar una tarea placentera, escuchar música, practicar diferentes técnicas de relajación, ver o escuchar algo agradable, etc.

  • Cuida tus pensamientos:

A veces tenemos pensamientos negativos provocados por el dolor, como por ejemplo: “cada vez estoy peor”, “no sirvo para nada”, “si hago eso, me va a doler”, etc. Estos pensamientos aminoran la autoestima, dificultan la aceptación del dolor y propician sentimientos depresivos y ansiosos. Te animo a que observes qué  pensamientos tienes y que los cambies por otros que te ayuden más.

Si a pesar de poner en práctica estas recomendaciones te resulta difícil salir de la espiral dolor-síntomas depresivos-aumento del dolor-bajón anímico, es importante que acudas a un profesional de la salud mental lo antes posible.

Si se realiza una buena y pronta intervención psicológica, puedes aprender a convivir con el dolor crónico de una forma más adaptativa.

En Psicólogos Coruña Ana García Rey te ayudaremos a superar esta situación, proporcionándote apoyo y técnicas eficaces para conseguirlo.

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