La ansiedad es una emoción normal y saludable que se activa ante la percepción de una amenaza o peligro en nuestro entorno. Se trata de la forma que tiene nuestro cerebro de reaccionar ante el estrés que podemos percibir o como una alerta a un peligro potencial. Por ello, es normal que de vez en cuando todos experimentemos ansiedad, por ejemplo, cuando nos enfrentamos a un problema en el trabajo, antes de realizar un examen o en el momento en el que debemos tomar una decisión importante en nuestra vida. En estos casos, la ansiedad es puntual y ocasional, manifestándose como una reacción natural de nuestro cuerpo que, tras dicha situación activante, regresa a un estado basal sin ansiedad.

Sin embargo, cuando la ansiedad se torna excesiva y se mantiene mucho en el tiempo (debido a la anticipación negativa), incluso cuando el evento potencialmente estresante ha finalizado, se puede convertir en un auténtico trastorno de ansiedad.

Un trastorno de ansiedad genera una gran preocupación o miedo abrumador que no desaparece y que incluso puede empeorar con el tiempo, llegando la persona que lo sufre a evitar todo tipo de situaciones. Si no se trata, la ansiedad crónica llega a incapacitar y tiene un impacto muy negativo en la calidad de vida de la persona.

Actualmente, los trastornos de ansiedad tienen una prevalencia muy elevada en la población. Y en algunos casos, se asocia a otros trastornos, como el trastorno depresivo mayor, agravándolos.

Si crees que puedes estar padeciendo una ansiedad excesiva o un trastorno de ansiedad, continúa leyendo este artículo.

Causas de la ansiedad:

Algunas posibles causas de la ansiedad son las siguientes:

  • Estrés: percibir un ambiente como demasiado estresante, experimentar numerosas dificultades en el trabajo, tener problemas en las relaciones interpersonales, preocupaciones por temas económicos, la muerte de una persona querida, estrés por alguna enfermedad médica, una mudanza, una boda, el nacimiento de un hijo…
  • Herencia o genética: las personas con un familiar directo que padece o ha padecido un trastorno de ansiedad tienen más probabilidades de desarrollar un trastorno de ansiedad.
  • Sucesos traumáticos: haber presenciado o sido víctima de un evento traumático aumenta las probabilidades de desarrollar un trastorno de ansiedad.
  • Ciertas características de personalidad nos hacen más vulnerables a padecer ansiedad.
  • Sufrir otros trastornos mentales, como la depresión, adicciones o trastornos alimentarios.
  • Factores médicos: los síntomas de una enfermedad médica (tiroides, diabetes, problemas respiratorios, enfermedades cardiovasculares, insomnio…), los efectos de un medicamento (estatinas, ciclosporina…) o una desregulación hormonal pueden hacer que aparezca un trastorno de ansiedad.
  • Drogas y alcohol: el consumo excesivo y la abstinencia de determinadas sustancias como las drogas (cannabis, cocaína…), el café, el tabaco o el alcohol pueden provocar ansiedad.

Síntomas de ansiedad:

Los principales síntomas son los siguientes:

  • Rumiaciones constantes sobre aspectos relacionados con la ansiedad
  • Sensación de nerviosismo, inquietud o tensión
  • Sentimientos de peligro, pánico o pavor
  • Dificultad para concentrarse o para pensar con claridad
  • Insomnio o problemas para mantener el sueño
  • Problemas digestivos o gastrointestinales
  • Frecuencia cardíaca acelerada
  • Respiración rápida o hiperventilación
  • Sudoración intensa o aumentada
  • Temblores o espasmos musculares
  • Debilidad o letargo
  • Dolores musculares o contracturas
  • Angor o presión en el pecho
  • Dejar de hacer determinadas actividades, con el fin de evitar las cosas que desencadenan la ansiedad.

Principales trastornos de ansiedad:

  • Trastorno de ansiedad generalizada
  • Trastorno de pánico
  • Trastorno de estrés postraumático
  • Trastorno de ansiedad social
  • Agorafobia
  • Trastorno de ansiedad por separación
  • Mutismo selectivo
  • Fobias específicas
  • Trastorno de ansiedad inducido por sustancias
  • Trastorno de ansiedad debido a una enfermedad
  • Trastorno obsesivo-compulsivo.

Consecuencias de la ansiedad crónica:

Si no se trata, la ansiedad excesiva a medio-largo plazo puede provocar otros problemas mentales y físicos, como cansancio, dolor y cefaleas crónicos, abuso de sustancias, problemas para dormir y digestivos, aislamiento social, disminución de las defensas, riesgo de padecer enfermedades u otros trastornos mentales, mala calidad de vida, etc.

Por eso es tan importante acudir a la consulta de un profesional de la salud mental para aprender a gestionar la ansiedad.

Si crees que puedes estar sufriendo un trastorno de ansiedad, te recomiendo que acudas a un profesional de la salud mental.

En Psicólogos Coruña Ana García Rey estamos especializados en la intervención psicológica en Trastornos de Ansiedad por la Universidad de Santiago de Compostela. Te ayudaremos a manejar la ansiedad, proporcionándote apoyo y técnicas eficaces para conseguirlo.

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