Estar en el presente… parece una obviedad, pero lo cierto es que la mayoría de nosotrxs no lo hacemos. Andamos por el mundo en modo “piloto automático” y el presente se nos escapa de las manos… Estamos pensando en qué haremos mañana, en las tareas que tenemos pendientes… Otras veces, nos enfrascamos pensando en hechos del pasado que ya no se pueden cambiar. Y así es cómo, día tras día, el presente se nos escapa y no disfrutamos de lo que tenemos, que es el aquí y el ahora.
Lo bueno es que podemos aprender a vivir en el momento presente. Aunque conlleva un esfuerzo por nuestra parte y práctica constante.
Una vez que hemos tomado consciencia de lo anterior, que ya es un gran avance, lo siguiente es entrenar nuestra atención para acostumbrarnos a estar y a vivir en el presente.
Una metáfora útil para entenderlo es imaginar que nuestra atención es una linterna, que sólo ilumina aquella información que seleccionamos (aquello a lo que le hacemos caso) y deja en penumbra la información que no es seleccionada. Por tanto, podemos evitar que nuestra atención nos “secuestre” del aquí y el ahora y emplearla de forma voluntaria para redirigirla amablemente hacia el momento presente, en lugar de dejarla en el modo por defecto, que es el “piloto automático” y que vague entre el pasado y el futuro, recordando momentos o poniéndose en mil y un escenarios inciertos.
¿Cómo podemos comenzar a practicar la atención plena en el presente?
Hoy comparto contigo una pequeña práctica de iniciación.
Te propongo lo siguiente: aprovecha que estamos en verano, tenemos menos carga de trabajo y hace buen tiempo. Sal a pasear por el campo o por la costa, observa la naturaleza que hay cerca de ti y relájate. Enfócate en lo que ves, lo que escuchas, lo que hueles… Pon atención a tus cinco sentidos. Desconecta de lo demás y presta atención sólo a la naturaleza que te rodea. Si te apetece, da gracias por este momento de disfrute y de salud que te estás regalando, y por la naturaleza. Si estás en el campo, camina por la hierba descalzx o, simplemente, siente las hojas de los árboles y la hierba bajo tus zapatos (si estás en la playa, puedes caminar descalzx sobre la arena y sentir el tacto de ésta en las plantas de tus pies conscientemente). Puedes cerrar los ojos si lo deseas. La intención es que te conectes con el paisaje y la naturaleza que te rodea, que tienes el privilegio de poder disfrutar. Siéntate unos minutos, relájate y respira de forma pausada y calmada. En eso consiste disfrutar del aquí y el ahora…
Esta es una práctica “informal” que puede ayudarte a conectar con el presente. Existen otras prácticas, tanto informales como más formales, las cuales puedo enseñarte o guiarte en mi Consulta.
Espero que te haya gustado.
Recuerda vivir el momento presente, el ahora, disfrutar de una vida más pausada y enfocada en lo importante. Puede parecer que el momento presente es uno entre muchos otros momentos, pero no es así, siempre es un único momento y la vida es ese momento. ¡No dejes que se te escape!