Los psicólogos trabajamos con PERSONAS, que se encuentran en crisis, emocionalmente agotadas y que atraviesan por dificultades que les hacen sufrir. Por ello, al margen del requisito imprescindible de disponer de una sólida formación académica, un buen psicólogo debe reunir una serie de cualidades y aptitudes que lo capaciten para poder prestar un adecuado acompañamiento psicológico y contención emocional, y así, poder ayudar a las personas que demandan su ayuda.

 

Para Carl Rogers, psicólogo humanista, y su Terapia centrada en el cliente, las habilidades que debe poseer un buen psicoterapeuta son las siguientes:

Respeto: se refiere a la valoración positiva y a la aceptación incondicional de la persona, sin juzgarla.

Empatía: podríamos definirla como la capacidad de entender y ponerse en la piel de la persona, de sentir lo que siente.

Honestidad: ser franco en la comunicación y congruente.

Escucha activa y atenta: se trata de que la persona se sienta escuchada, validada y comprendida. Atañe tanto a la atención del lenguaje verbal como del no verbal.

 

Más allá de estas habilidades, me gustaría añadir otras cualidades que considero imprescindibles para ser un buen psicólogo:

Apertura mental: el psicoterapeuta debe ser tolerante con el sistema de valores y creencias de la persona, así como con su modo de vivir. Existen muchas formas de vivir la vida, más allá de la manera normativa o aceptada por la sociedad. Se debe aceptar sin juzgar.

Integridad: un buen psicólogo debe actuar conforme el Código Ético y debe ser íntegro, honrado, confiable y proporcionar confianza a la otra persona.

Implicación y compromiso: debe velar por el bienestar de las personas que acuden a consulta y trabajar activamente para proporcionarles un servicio sanitario de calidad y profesional, basado en técnicas y terapias que han demostrado su eficacia en estudios científicos.

Calidez y cercanía: es fundamental transmitir afecto, amabilidad, cordialidad y proximidad emocional cuando se trabaja con personas que están sufriendo.

Autocontrol emocional: necesario para el equilibrio mental del profesional sanitario. El psicólogo necesita tener una buena regulación emocional para que sus emociones no interfieran en la sesión. Asimismo, debe tanto mostrarse como ser una persona estable.

Introspección: se refiere a la capacidad de pensar y reflexionar sobre cómo nos sentimos a nivel emocional, qué necesidades tenemos, etc. Es importante ya que permite, además de crecer a nivel personal, comprender cómo funciona la mente.

 

Todas estas aptitudes y habilidades del psicólogo son básicas para la creación y el establecimiento de la alianza terapéutica (vínculo, lazo o “feeling”) entre la persona y el psicoterapeuta. Lo que, a su vez es relevante, ya que los estudios coinciden en señalar que crear una buena alianza terapéutica es un buen predictor de éxito en la terapia.

 

Y ahora que ya sabes los requisitos que un buen profesional de la salud mental debe tener, te invito a reflexionar y a quedarte con el/la psicoterapeuta que te ofrezca todo ello. ¡Un abrazo!