La teoría del apego afirma que los estilos de apego conforman la manera como nos comportamos en nuestras relaciones interpersonales en la adultez, lo que es un reflejo de la forma en la que nos cuidaron nuestros padres o cuidadores cuando éramos pequeños.
Esta teoría sugiere que existen cuatro estilos de apego, esto es, el apego seguro (1) y, dentro del espectro del apego inseguro: el ansioso o ambivalente (2), el evitativo (3) y el desorganizado (4).
Las personas que han desarrollado, mayoritariamente, apego (inseguro) ansioso o ambivalente son personas que pueden presentar miedo al abandono y la inseguridad de ser menospreciadas. Suelen sentirse muy nerviosas cuando se separan de su pareja, así como mucha inseguridad en la relación. También necesitan de mucha validación por parte de la pareja.
Este apego inseguro suele desarrollarse en la infancia, normalmente debido a que los padres o cuidadores mostraron el cariño y el cuidado afectivo de manera impredecible o eran emocionalmente inestables. A causa de que el amor no siempre fue accesible durante la infancia (fue ambivalente), las personas con apego ansioso suelen experimentar determinadas dificultades e inseguridades en las relaciones futuras, entre ellas, mayor tendencia a depender de los demás (dependencia emocional).
Características personales que pueden indicar un estilo de apego ansioso o ambivalente:
- Desconfianza en los demás: las personas con apego ansioso no se fían al completo de sus parejas. Se preocupan por detalles triviales e insignificantes, y ante la ambigüedad tienden a pensar de forma negativa acerca de sus parejas (por ejemplo, que las están engañando o mintiendo), analizando en exceso aquello que consideran negativo en una situación.
- Miedo al abandono y al rechazo: a pesar del profundo deseo de vincularse, el temor al abandono o a que los demás se vayan de su lado hace que estas personas sientan mucho miedo al rechazo. Por ello, tienden a no mostrarse ante los demás, por el miedo a que no les quieran tal como son.
- Tendencia a comportamientos posesivos: estas personas tienden a ser muy posesivas con su pareja por el miedo a perderla. Sienten una gran necesidad de tener cerca y controlada a la pareja constantemente, pudiendo caer en comportamientos de dependencia o codependencia emocional, al restringir las demás esferas vitales de la pareja o de ambos.
- Celos: estas personas suelen experimentar más celos, debido a que se mezcla el miedo a perder a la persona querida con la desconfianza y la baja autoestima.
- Baja autoestima: por lo general, a las personas con un estilo de apego ansioso les cuesta valorarse, presentando una autoestima muy baja e inestable.
- Inseguridad en las relaciones: las personas con apego ansioso suelen sentirse muy inseguras cuando están en una relación amorosa, por ejemplo, pueden creer que sus pareja no las quieren de verdad o que las están usando.
- La intimidad les abruma: al sentir, erróneamente, que en cualquier instante los demás pueden abandonarlas, estas personas pueden evitar la intimidad en las relaciones a toda costa, siendo incapaces de abrirse emocionalmente al otro aunque lo deseen de verdad.
- Comportamientos sumisos y pasivos: suelen experimentar mucha inseguridad a la hora de comunicar algo en la pareja por miedo a que se enfade o moleste y, por tanto, poder llegar a perderla. Tienden a ser sumisos, no respetando sus derechos y/o opiniones.
Algunas recomendaciones para empezar a instaurar un apego seguro:
- Toma consciencia: haz un ejercicio de introspección para ver cómo te comportas de forma mayoritaria en tus relaciones personales más cercanas. Reflexionar sobre ello te permitirá romper con aquellos patrones que te están impidiendo aumentar tu confianza e intimidad en las relaciones.
- Habla con alguien en quien confíes: transmítele tus pensamientos, miedos e inseguridades a alguien cercano y confiable, tal vez pueda ayudarte a ver las cosas que te preocupan desde otra perspectiva.
- Da pequeños cambios de manera gradual: expande paulatinamente tu zona de confort, por ejemplo, empezando por tomar algunas decisiones para realizar pequeños cambios. Puedes empezar a realizar acciones que quizá te hacen sentir algo incómodo o te causen algo de miedo o inseguridad para encaminarte paulatinamente hacia un estilo de apego más seguro (¿qué tal revelar algo íntimo tuyo a una persona cercana?).
Debido a que los estilos de apego se desarrollan como respuesta a lo que vivimos durante la infancia, puede ser muy difícil superar estos patrones instintivos, pero con trabajo y esfuerzo es posible curar las heridas de apego. Si crees que presentas un estilo de apego inseguro, es recomendable que acudas a terapia, ya que tanto las relaciones que establezcas como tú podéis salir perjudicados debido a la desconfianza y miedo que se suele sentir.
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