Las ganas de comer no siempre se producen exclusivamente por el hambre fisiológica, sino que son muchos los casos en los que las personas recurren a la comida para reconfortarse, aliviar la ansiedad o recompensarse.

Si este es tu caso, para dejar de comer por ansiedad o para eliminar el hábito de utilizar la comida para sentirte mejor, trata de escuchar y de satisfacer las necesidades emocionales que hay detrás de este comportamiento.

Las principales características del comer emocional son las siguientes:

  • Ocurre tras ciertos estados emocionales:

Al experimentar periodos de estrés, ansiedad, ánimo triste, conflictos interpersonales, aburrimiento, soledad… muchas personas suelen recurrir a la comida para obtener una recompensa o sentirse mejor.

  • Aparece de repente:

El hambre emocional suele experimentarse de un momento a otro. En cambio, cuando se trata de hambre fisiológica, ésta aparece de manera gradual.

  • Se ingieren cantidades elevadas de comida:

Cuando hay hambre emocional cuesta dejar de comer, a pesar de que uno se sienta completamente lleno, llegando a sentir incomodidad a nivel estomacal.

  • Se opta por determinados alimentos:

Al experimentar hambre fisiológica, cualquier alimento parece apetitoso. En cambio, cuando existe hambre emocional se prioriza la “comida basura”, alimentos procesados, ricos en azúcar, grasas, sal, etc.

  • Se sucede la culpa y/o el arrepentimiento:

Cuando se come por ansiedad, la persona suele acabar sintiéndose avergonzada o culpable por ello. En cambio, esto no ocurre cuando se sacia el hambre fisiológica.

Recomendaciones para dejar de utilizar la comida como “calmante emocional

  • Establece hábitos de vida saludable:

Sigue un estilo de vida saludable, practicando suficiente actividad física, durmiendo ocho horas cada noche, tomándote momentos para relajarte o socializar con tus seres queridos y amigos, incorporando alimentos nutritivos a tu menú y permitiéndote algún capricho de vez en cuando, etc.

  • Identifica los desencadenantes emocionales de tu alimentación:

Intenta conocer aquello que hace que empieces a tener el impulso de comer por ansiedad. Normalmente, estas ganas de comer suelen desencadenarse debido a sentimientos desagradables.

  • Tómate una pausa cuando tengas antojos:

Intenta refrenar las conductas impulsivas encaminadas a ingerir determinados alimentos en base a ciertos estados emocionales. Para ello, te puede ayudar realizar una parada reflexiva de unos minutos, que te permita entender el motivo o el por qué de esas ganas de comer y luego, poner en práctica estrategias de relajación y distracción.

  • Lleva un seguimiento de tu alimentación:

Identifica los patrones que te conducen a comer forma emocional, apuntando cómo te sientes inmediatamente antes de ingerir los alimentos.

  • Busca otras formas de gestionar tus sentimientos:

Si no sabes cómo manejar la ansiedad y otras emociones desagradables, no podrás poner fin al comer emocional. Trata de poner en práctica diversas estrategias de relajación y otras técnicas que te ayuden a canalizar las emociones de forma adecuada.

  • Practica la atención plena o consciente en las comidas:

Trata de apartar el hábito de comer rápidamente o de alimentarte en “piloto automático”. Cuando las personas comen aceleradas debido a la ansiedad y el estrés, suelen pasar desapercibidas las señales que les envía su cuerpo que indican que ya están llenas y no tienen más hambre. Por consiguiente, si rebajas la velocidad y saboreas la comida, podrás enfocarte en disfrutar más de lo que comes y saber parar a tiempo.

  • Acepta tus emociones:

Muchas personas suelen comer por ansiedad debido a que se sienten impotentes ante sus emociones. Al no poder lidiar adecuadamente con sus sentimientos, intentan eliminar la ansiedad empleando la comida. De este modo, es importante aprender a permitirse sentir todas las emociones, especialmente, las incómodas.

  • Trátate bien:

Aún siguiendo estas recomendaciones, si a veces comes por ansiedad, intenta no machacarte por ello, ya que lo único que hace esto es aumentar más la ansiedad y favorecer que vuelva a aparecer el impulso de comer. Recuerda que cuando intentamos cambiar un hábito, el aprendizaje no es lineal, a veces tenemos una “caída” puntual, para volver a la senda.

 

Espero que estos consejos te hayan sido de utilidad.

No obstante, la mejor forma de eliminar el hábito de comer por ansiedad y de forma excesiva es acudiendo a un profesional de la salud mental.

En Psicólogos Coruña Ana García Rey te ayudaremos a superar la ansiedad por comer y otros síntomas propios de esta problemática,  proporcionándote apoyo y técnicas eficaces para conseguirlo.

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